
Confiesa que "la primera vez que entró en contacto con Los Simpson le pareció una serie rarísima", pero que aceptó al ver que "Lisa era un pedazo de personaje". Además, es de las profesionales que defiende que lo mejor es que los dobladores no muestren su imagen, ya que "se pierde toda la magia si sabes quién está detrás de todo ésto".
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